lunes, 26 de septiembre de 2016

NUEVOS CAMBIOS EN IMPUESTO A LA RENTA


Actualmente los contribuyentes y las empresas están acogidas en el régimen general y tributan en función de resultados; es decir, a la utilidad imponible que es la diferencia aritmética entre los ingresos gravados y los gastos considerados como permitidos o deducibles, se le aplica una tasa del impuesto a la renta de 28%.
Esto significa que las empresas tienen que invertir en contadores y estar constantemente al día para cumplir todos los requisitos formales que establece la ley para acceder a deducir sus gastos.
El error que muchos empresarios cometen es hacen todo lo posible, dentro de lo que permite la ley, para pagar menos impuestos, lo que consecuentemente los lleva a mostrar un resultado más bajo frente a las instituciones financieras, proveedores y clientes, generando una imagen de debilidad en la situación financiera del negocio que trae consigo menores posibilidades de acelerar el ansiado crecimiento.
El actual régimen no es progresivo, no va de la mano con el crecimiento de las empresas. Por el contrario, es un régimen que aplica la misma tasa de impuesto al que gana poco y al que gana mucho. Precisamente los primeros, al tener una presión tributaria tan alta, tienen que acceder a reducir su utilidad al máximo y caer en las famosas “contingencias tributarias”, que no es otra cosa que el riesgo de que no te reconozcan el gasto de las multas, los intereses, y las moras en una posible fiscalización, lo que finalmente puede originar que te quiebren la empresa.
Precisamente esto es lo que ha llevado que el nuevo Gobierno haga que Sunat, tenga un rostro más humano y reconozca algo que es sumamente importante: el cliente de Sunat es el contribuyente, y no existe empresa que viva para contar su historia tratando mal a su “cliente”. Para los pequeños y micro empresarios, que son los emprendedores del país, el gobierno ha tomado una decisión de afrontar una lucha real y activa contra la informalidad a través de dos premisas: (i) Una menor presión tributaria que les justifique formalizarse (pues es más barato ser formal que informal) y (ii) Haciendo que la principal demanda del mercado informal, las personas naturales, necesiten comercializar con formales.
Así pues, hasta un tope de 1,000 UIT, que significa aproximadamente 4 millones de soles, se establecerá estructuras para los emprendedores, pequeños y medianos negocios, quienes pagarían un impuesto fijo, en promedio, del 2.5% de las ventas, generando en estados financieros reales que seguramente arrojarán mayores utilidades (puesto que no habrá necesidad de incrementar gastos) y con ello vendrán mayores oportunidades para poder acceder a fuentes de funcionamiento para crecer. Así, con una tasa tan baja de impuesto, al informal le justifica formalizarse, porque es una tasa manipulable dentro del margen del negocio.
Cabe destacar que, es importante la racionalidad del gobierno: si nosotros vemos que es un negocio que genere pérdidas o no esté en una cultura de crecimiento, se puede acoger al 10 por 10, porque el negocio de la tasa fija hace negocio en la medida de un comercio que pueda generar utilidades constantemente.
Adicionalmente, las personas naturales podrán deducir de su renta neta de quinta categoría (es decir la que se calcula sobre la remuneración) hasta 15 UITs, es decir casi S/. 60,000 (actualmente es solo S/. 27,650) sustentando gastos de vivienda (intereses de hipotecarios y/o alquileres), de educación (de inicial a maestría, además de capacitaciones sin grado académico) y salud (seguro médico, farmacia, procedimientos y hospitalizaciones). Con este incentivo, las personas exigirán comprobantes de pago a los proveedores de los gastos indicados e incrementarán la masa formal, además de obligar a estos proveedores a formalizar su propia cadena de insumos. Es una propuesta en la que todos ganan y el país crecerá de forma consistente.
FUENTE: GRUPO VERONA

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